Está claro que el debate de la reforma tributaria apenas prende motores. Varios partidos políticos ya le declararon la guerra a propuestas como el IVA en los servicios públicos y mayores afectaciones en el bolsillo de la clase media.
Así mismo, el paro nacional convocado por un sector de los trabajadores y previsto para el 28 de abril tendrá como una de sus banderas principales la reforma fiscal que radicó hace unos días el ministro de Hacienda, Alberto Carrasquilla.
Las propuestas, que se respaldan con argumentos, también tendrán que ser escuchadas y discutidas en el Legislativo. Una de las primeras fue elaborada por la dirección de Futuro del Empleo y Desarrollo Económico de ProBogotá, que preside Juan Carlos Pinzón.
En el análisis se destaca la importancia del cumplimiento de las obligaciones con la deuda y la estabilidad fiscal del país, ya que las proyecciones para 2021 señalan que tarde o temprano será necesario un mayor esfuerzo tributario y de generación de ingresos de la sociedad colombiana, e invita a organizar las finanzas públicas en pro de la sostenibilidad fiscal.
Según el análisis, si bien resulta necesario explorar opciones para reducir el gasto, cualquier propuesta de recorte a los costos de funcionamiento del Estado, se queda corta frente al gran hueco fiscal y el dinero necesario para mitigar los efectos causados por la pandemia.
El documento plantea que la inversión en sectores estratégicos como educación, pensiones, infraestructura, vivienda, seguridad y ciencia y tecnología para el desarrollo social y económico del país, requiere considerar múltiples alternativas como:
1. Endeudamiento hasta niveles del 70 % o 75 % del PIB.
2. Reducción de los gastos de funcionamiento.
3. Aumento de ingresos por regalías fruto del aprovechamiento ambientalmente sostenible de los recursos naturales.
4. Incrementar los ingresos tributarios con impuesto al patrimonio con destinación específica, implementando una tarifa plana para el impuesto de renta y ampliando la base gravable del IVA junto con una reducción de su tarifa máxima al 12 %.
Frente al tema de la deuda pública, el análisis de ProBogotá advierte que la deuda pública en Colombia se incrementó desde 2011, pero el mayor aumento marginal se dio entre 2019 y 2020.
La brecha entre los ingresos y los gastos del GNC generó una necesidad de financiación que implicó el aumento de la deuda en 9,9 p. p., situándose para 2020 en 55,36 %.
Bajo el panorama actual, se espera que para 2021 la deuda continúe creciendo. Este fenómeno no es ajeno al resto del mundo, pues tanto los países de Europa como Estados Unidos vieron un crecimiento en la deuda ante la necesidad de gasto por la contingencia del virus.
Cabe destacar que el pago de la deuda representa uno de los mayores gastos del presupuesto nacional, 69,5 billones de pesos (22 % del total).
Los grandes rubros que le siguen al servicio de pago de deuda en el Presupuesto de la Nación son: Educación (47 billones de pesos), Defensa (39 billones de pesos) y Salud (36 billones de pesos).
“Es importante recalcar que un aumento de la deuda del Gobierno podría tener efectos adversos sobre el grado de inversión del país.
“Si esto sucede, los inversionistas institucionales podrían verse en la obligación de modificar la participación de la deuda colombiana en sus portafolios, se dificultará el acceso a crédito y la financiación se encarece”, destaca el informe.
ProBogotá también analizó asuntos relacionados con la eficiencia del Estado. “Se estima que la reducción del Congreso a la mitad de su tamaño, la eliminación de tres ministerios y de las Consejerías Presidenciales, y la reducción del presupuesto en instancias judiciales extraordinarias resultaría en un ahorro de, como máximo, 3 billones de pesos, cifra que supone un 0,9 % del presupuesto total de la nación”, indica.
El centro de estudio y de promoción de la ciudad-región recomienda, además, algunos ajustes en la tarifa en el impuesto a la renta corporativa y de personas naturales.
A su juicio, la experiencia internacional ha demostrado que implementar un impuesto plano a la renta puede aumentar el recaudo e incentivar el crecimiento económico.
En Hong Kong, los contribuyentes han mostrado preferencia por la tarifa plana porque minimiza los costos de preparación fiscal y la probabilidad de ser fiscalizados. Por otro lado, en Rusia y en Estonia la implementación de una tarifa plana para las personas naturales del 13 % logró incrementar el recaudo entre 16 % y 25 % anual durante los primeros 5 años de la implementación.
En otras economías, como Francia y Ucrania, la articulación de un impuesto plano en compañía de un ingreso básico universal logró incrementar no solo la eficiencia y simplicidad del sistema, sino que redujo los niveles de desigualdad y pobreza.
El análisis de ProBogotá concluye que el panorama de generación de ingresos es amplio y que, si bien es necesario hacer una revisión importante del sistema tributario en el país con miras a generar un esquema más eficiente, equitativo y competitivo, hay que evaluar la pertinencia de elevar la carga tributaria sobre la población en un momento de contracción económica.
Se deben tomar en cuenta las alternativas que constituyen una opción viable para incrementar los ingresos del Gobierno y organizar el gasto público para garantizar un desarrollo económico sostenido en el largo plazo.