SEMANA: Usted fue ministro de Defensa. Muchos han descrito esta pandemia como la guerra mundial de nuestra generación. ¿Lo ve así?
Juan Carlos Pinzón: Las guerras mundiales han enfretado distintos bandos. Si bien hoy libramos una gran batalla para derrotar el coronavirus, veo al mundo tratando de tener un objetivo común. Creo que la lucha de hoy es única en su tipo, no son las armas la herramienta, sino el capital humano, la solidaridad y el conocimiento. Sin embargo, debo decir también que para poder enfrentar este mal es necesario trabajar en equilibrio entre la salud y la economía. Es necesario planificar todas las acciones. En primer lugar, la protección de todo el personal de la salud es tan importante como la protección de un ejército en la guerra. Ellos son los que están en el primer frente de batalla, y los necesitamos sanos y bien equipados para que nos puedan proteger a los demás.
Como presidente de Probogotá, Juan Carlos Pinzón lidera una campaña para dotar de recursos a los hospitales de la capital. Foto: SEMANA
SEMANA: ¿Qué más hay que hacer?
J.C.P.: La planificación de todas las cadenas logisticas —de alimentos y bebidas, de medicamentos e insumos médicos y de productos de aseo— es fundamental en esta situación, para que la cuarentena funcione bien y el sistema de salud también. En resumen, una planificacion de logística en tiempos de guerra. Luego, es necesario comenzar un proceso de planificación detallada que permita abrir la economía de manera efectiva y lo antes posible. Para eso se requiere fortalecer el sistema de salud; poder adquirir cerca de 2 millones de pruebas, y finalmente definir los protocolos de relacionamiento social y de desinfección de oficinas, fábricas, centros comerciales, transporte público y puntos de encuentro social. Como ven, es muy importante hacer uso de toda la experiencia de la seguridad nacional y de nuestras Fuerzas Armadas para planificar de manera efectiva esta situación, de modo que derrotemos la pandemia, protejamos a las personas y nos aseguremos de que la sociedad y su economía siguen adelante.
En el este de Francia, los militares han tenido un enorme compromiso con levantar hospitales de campaña para la emergencia. Foto: AP
SEMANA: ¿Qué elementos de la estrategia de guerra pueden ser útiles para el país en este momento?
J.C.P.: Es necesario un mando unificado a nivel nacional y un comando y control coordinado con el nivel central que ejecute acciones en los niveles regional y local, que constantemente se esté alimentando de la información provista por personas expertas en distintas capacidades. Son estos expertos, en este caso de la salud, quienes deben diseñar las estrategias a ejecutarse por quienes estén en la mayor posición de control y autoridad. Eso, en esta crisis, es replicable. Debe haber equipos muy sólidos en materia de epidemiología y de aplicación de soluciones de salud pública para tomar las mejores decisiones.
“Entre dinero y salud no hay dilema. La vida humana siempre es la prioridad, pero no olvidemos: las personas necesitan ingresos para vivir y por supuesto para mantener la salud”, dice Pinzón. Foto: AP
SEMANA: En temas de sanidad, hospitales, buques y equipos militares han salido al rescate de muchos países. ¿En Colombia las Fuerzas Armadas tienen esa capacidad de ayudar?
J.C.P.: Nuestras Fuerzas Armadas son de las mejores del mundo, no solo para la labor de defensa y seguridad, sino también para la asistencia a contingencias como la que hoy vivimos, dada su gran capacidad de despliegue a lo largo y ancho del territorio nacional. En el tiempo en que me correspondió ser ministro de Defensa se incrementaron las inversiones en la sanidad de las Fuerzas Militares y de la Policía, lo que implicó más equipos y nuevos establecimientos de sanidad, así como en la adquisicion de equipos para atención de emergencias y desastres, como hospitales de campaña y aviones medicalizados, entre otros. Lamento que desde 2016 no se han hecho inversiones en este frente. Sin embargo, no tengo duda de que las Fuerzas Armadas pueden cumplir un papel fundamental en esta crisis, no solo en la protección de la vida y la atención de salud, sino tambien en llevar alimentos, darle tranquilidad a la ciudadanía y garantizar el orden público.
Este buque militar llegó para ayudar a Nueva York, una ciudad colapsada por los casos. Foto: AP
SEMANA: ¿Qué piensa usted del dilema que vive el mundo entre salud y economía?
J.C.P.: Entre dinero y salud no hay dilema. La vida humana siempre es la prioridad, pero no olvidemos: las personas necesitan ingresos para vivir y, por supuesto, para mantener la salud. Es por esto que se requiere un equilibrio en gerencia por parte de las decisiones de las autoridades que garantizan que protejamos nuestra vida, protejamos nuestra salud, equipemos el sistema de salud y al mismo tiempo tomemos medidas adecuadas a la situación para poder garantizar el empleo y los ingresos de las familias. Tal y como lo dice el premio Nobel de economía Paul Romer: “Si las autoridades se apegan a cuarentenas frecuentes y largas, eso matará los negocios y la confianza de los consumidores. Nadie podrá planificar. Nadie invertirá. En cambio, si gastamos en pruebas, el virus se podrá contener sin cuarentenas”. En resumen, tenemos que derrotar el virus, pero no podems permitir que se genere más desempleo y más hambre por el deterioro de la economia que por el virus mismo.
SEMANA: Como presidente de Probogotá, usted lidera hoy una de las muestras de solidaridad más grandes de la capital. ¿Por qué unir a los empresarios en torno al sistema de salud?
J.C.P.: El sector privado como un todo está unido para trabajar por el bien de los colombianos. Esta emergencia está demostrando que somos un país solidario, un país que es capaz de unirse en los momentos más difíciles. El sector privado, a pesar de que está fuertemente golpeado porque la economia está parada, hace esfuerzos por mantener los salarios de sus empleados y ofrecer donaciones para alimentos de los más vulnerables y para fortalecer la capacidad del sistema de salud en esta coyuntura. Con el fin de aumentar la capacidad y dotación hospitalaria del sector salud ante la covid-19 se creó una gran alianza empresarial conformada por ProBogotá Región, la Andi, la Cámara de Comercio de Bogotá, la Cámara de Comercio Colombo Americana, el Foro de Presidentes, Camacol y Asobancaria.
Los hospitales de Bogotá necesitan más camas de cuidados intensivos. Se espera que pasen de 1.000 a 4.000. Foto: Guillermo Torres/ SEMANA.
SEMANA: ¿Cómo llegaron a esa iniciativa?
J.C.P.: Nuestro país cuenta con un empresariado muy comprometido. En el pasado, los empresarios han liderado grandes causas y esta vez no ha sido la excepción. Un claro ejemplo es la misma ProBogotá, que en su momento nació del interés del sector privado en pensar en el bien común y que hoy trabaja incansablemente por hacer contribuciones en medio de esta crisis. Hemos visto una gran disposición de sus miembros para hacer donaciones significativas y mitigar los efectos de esta pandemia en la región capital.
SEMANA: ¿Cómo definieron las prioridades para invertir estas donaciones?
J.C.P.: El objetivo de esta red de empresarios solidarios es unir esfuerzos en la consecución del mayor número de recursos para complementar las acciones que han venido impulsando el Distrito y el Gobierno nacional para aumentar la capacidad hospitalaria de Bogotá. Tras un estudio adelantado por ProBogotá Región y varios expertos del sector salud, se espera invertir recursos en unidades de cuidados intensivos, en pruebas de diagnóstico rápido y en la adquisición de insumos médicos que garanticen la seguridad del personal de la salud y el efectivo tratamiento de pacientes.
Probogotá busca aportar elementos de protección para médicos y enfermeras en la capital. Foto: Guillermo Torres/ SEMANA.
SEMANA: Muchas personas están ayudando en este momento. ¿Por qué no unirse a esas iniciativas?
J.C.P.: Lo hemos hecho.Además del esfuerzo por fortalecer los hospitales de la región Capital, ProBogotá forma parte de dos iniciativas muy importantes y necesarias en medio de esta coyuntura. Una es ‘Coronatón 10 mil‘, liderada por la fundación Solidaridad por Colombia que tanto bien le ha hecho al país desde su fundación y que ha encontrado un gran respaldo de la gente que ha hecho aportes económicos o se ha unido como voluntaria para darle un respaldo a aquellos pequeños comerciantes de Bogotá que han visto sus ingresos afectados por la parálisis económica. En esta iniciativa, la primera dama María Julina Ruiz ha desempeñado un liderazgo admirable. La otra es Colombia Cuida a Colombia, donde más de 120 fundaciones y la sociedad civil han aprovechado para conectar a la población en busca de distintas capacidades que le pueden hacer bien a los más vulnerables en estos momentos.
SEMANA: Hábleme más en concreto de la apuesta por crecer las unidades de cuidados intensivos, quizás el punto más crítico. ¿Cuánto cuesta hacer una cama de UCI?
J.C.P.: Una cama de cuidados intensivos no es solo una cama; es una cama más respiradores, más monitores y otra serie de equipos y tecnología. De acuerdo con los cálculos que hemos adelantado en ProBogotá con los distintos expertos, hacer una cama de cuidados intensivos bien equipada requiere una inversión de entre 200 a 350 millones de pesos, dependiendo de la calidad de los equipos. Y en esta coyuntura los precios están por las nubes.
Una cama de cuidados intensivos puede costar entre 200 y 350 millones de pesos. Aquí la Fundación Cardioinfantil.
SEMANA: Además del dinero, ¿qué más se necesita para poder adecuar una cama de cuidados intensivos?
J.C.P.: Lo más importante es el capital humano, es decir, hospitales en donde esté el personal médico, tecnología y la infraestructura necesaria para hacer uso eficiente de estos equipos. Es crucial dotar al personal de la salud con implementos de bioseguridad que eviten expandir la cadena de contagio a través de quienes entran en contacto con los pacientes.
SEMANA: ¿En dónde se pueden construir esas camas que se necesitan?
J.C.P.: Se necesitan más camas de cuidados intensivos en todos los hospitales del país, eso es inobjetable, pero considerando la emergencia, han sido priorizados seis hospitales de acuerdo con su capacidad, el personal médico y hospitalario y la infraestructura para absorber las donaciones. Los establecimientos son: el Hospital Universitario San Ignacio, el Hospital Universitario Mayor Méderi, el Hospital Universitario de la Universidad Nacional, la Fundación Santa Fe, el Hospital Universitario La Samaritana y la Fundación Cardioinfantil. El dinero será recolectado a través de la cuenta número 000132098691 de Scotiabank Colpatria a nombre de Fundación para el Progreso de la Región Capital-ProBogotá Región con NIT 900.753.664-6.